Guau. Con El Soldado de Invierno, Marvel Studios continúa
con su espectacular racha de éxitos, tanto en taquilla como en crítica, y
vuelve a demostrar la madurez que ha alcanzado en género con el paso de los
años. Sería muy fácil atribuir este hecho a Nolan, pero si TWS destaca por su
realismo no es por ocultar toda la diversión y los colores y el buen rollo
(EJEM EJEM MOS EJEM), sino por dibujar los personajes y la historia de forma
creíble, donde no todo es blanco y negro. TWS ya no es una película de
superhéroes, sino de espías, de agentes y conspiraciones. Prueba de ello es que
en la mejor escena de acción de la película nadie esté disfrazado.
Quizás a TWS le falte esa chispa de epicidad que intentan (y
no siempre consiguen) el resto de películas superheroicas. Tampoco todo tiene
que ser épico. El Capitán América no es un personaje divertido, ni tiene
motivos para serlo. El enfoque que se le da en esta película, muy en la línea
de las viñetas de Ed Brubaker donde naciera El Soldado de Invierno hace diez
años, es la más acertada. La sensación de “pez fuera del agua” de Los
Vengadores no dura demasiado, porque enseguida nos veremos envueltos en una
conspiración con un curioso fin. A partir de entonces la trama avanza sin
demasiadas sorpresas, pero encumbrada indiscutiblemente por unas espectaculares
escenas de acción que ponen en evidencia el “efectismo” digital de sus hermanos
al reducir el uso del CGI al mínimo y favorecer las coreografías y las
acrobacias. Son estos los puntos álgidos de una película que, sin la chispa que
puedan tener Iron Man o Los Vengadores, consigue estar a la altura con un guión
coherente y una muy cuidada puesta en escena.
Si hay algo que se le puede achacar, es que algunos
personajes no están lo suficientemente bien explotados, sobre todo el personaje
del subtítulo de la película. Y aunque tendremos Winter Soldier para rato (el
contrato del actor comprende ¡nueve! películas), en esta aventura entra casi de
invitado, igual que un Halcón un tanto desubicado, como lo estuvo Scarlett
Johanssonn en Iron Man 2. Pero, qué importara eso. Sus personajes molan
demasiado, y para eso están estas películas.
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