viernes, 23 de mayo de 2014

2014/9: Capitán América: El Soldado de Invierno

Guau. Con El Soldado de Invierno, Marvel Studios continúa con su espectacular racha de éxitos, tanto en taquilla como en crítica, y vuelve a demostrar la madurez que ha alcanzado en género con el paso de los años. Sería muy fácil atribuir este hecho a Nolan, pero si TWS destaca por su realismo no es por ocultar toda la diversión y los colores y el buen rollo (EJEM EJEM MOS EJEM), sino por dibujar los personajes y la historia de forma creíble, donde no todo es blanco y negro. TWS ya no es una película de superhéroes, sino de espías, de agentes y conspiraciones. Prueba de ello es que en la mejor escena de acción de la película nadie esté disfrazado.

Quizás a TWS le falte esa chispa de epicidad que intentan (y no siempre consiguen) el resto de películas superheroicas. Tampoco todo tiene que ser épico. El Capitán América no es un personaje divertido, ni tiene motivos para serlo. El enfoque que se le da en esta película, muy en la línea de las viñetas de Ed Brubaker donde naciera El Soldado de Invierno hace diez años, es la más acertada. La sensación de “pez fuera del agua” de Los Vengadores no dura demasiado, porque enseguida nos veremos envueltos en una conspiración con un curioso fin. A partir de entonces la trama avanza sin demasiadas sorpresas, pero encumbrada indiscutiblemente por unas espectaculares escenas de acción que ponen en evidencia el “efectismo” digital de sus hermanos al reducir el uso del CGI al mínimo y favorecer las coreografías y las acrobacias. Son estos los puntos álgidos de una película que, sin la chispa que puedan tener Iron Man o Los Vengadores, consigue estar a la altura con un guión coherente y una muy cuidada puesta en escena.


Si hay algo que se le puede achacar, es que algunos personajes no están lo suficientemente bien explotados, sobre todo el personaje del subtítulo de la película. Y aunque tendremos Winter Soldier para rato (el contrato del actor comprende ¡nueve! películas), en esta aventura entra casi de invitado, igual que un Halcón un tanto desubicado, como lo estuvo Scarlett Johanssonn en Iron Man 2. Pero, qué importara eso. Sus personajes molan demasiado, y para eso están estas películas. 

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