martes, 18 de marzo de 2014

2014/6: Robocop



Inaudito: el remake de Robocop no es malo. Es bastante bueno, de hecho. Lo suficientemente diferente como para justificar su existencia sin caer en la herejía de mancilla un clásico. Porque este Robocop no intenta emular el éxito del original de 1987, sino aprovechar una premisa jugosa para contar su propia versión de la historia. No es el nuevo Robocop sino otro Robocop, con sus virtudes y defectos. Aquellos que quieran un Robocop hoy deberían probar con Dredd.

Es curioso que, de lejos, el aspecto más flojo de un remake sea la acción. Los escasos tiroteos y persecuciones no son ni remotamente buenos, son horribles, aburridos, llenos de CGI poco espectacular y sacudidas de cámara injustificadas. Y es que este Robocop no mata, usa un tasser. Vale, lo reconozco, esto es bastante hereje, pero se lo perdono porque el guión, sorprendentemente, da la talla.

Algunos se quejan de la excesiva humanización de una figura que debería estar disparando a delincuentes en el pene en vez de pensar en su familia, pero ojo, esta es la primera vez que me he creído a Robocop. Si el original era una fábula ultraviolenta, este es el biopic. O quizás estemos ante otro casi de Nolanitis aguda, de insuflar realismo y dramatismo a algo que no lo necesita. Sea cual sea, el caso es que está muy bien llevado. Los conflictos morales entre los personajes de Michael Keaton (^^), que no sé si se podría considerar como villano, y Gary Oldman, que casi parecen los protagonistas de la película, está estupendamente llevados. Tanto, que Robocop llega a parecer un secundario. Igual que TDKR era una película de Batman sin Batman, esta es una película de Robocop sin Robocop, donde los tiroteos han sido sustituidos por reuniones. Lo cual hace aun más increíble que funcione tan bien.

Aún quedan reminiscencias del original, por supuesto, aunque estas no corren tanta suerte. El desaprovechadísimo Samuel L. Jackson intenta paliar la ausencia de sátira social que sí funcionaba en la original, quizás porque tenía un tono mucho menos serio. Y una pena que el tema original de Basil Poledouris apenas salga dos veces y como un remix dubstep de mierda. Ni que decir tiene que esto es un PG-13, así que no intentéis buscar desesperadamente salpicones de sangre en las escenas de acción como hice yo. Muy poco queda del clásico en el remake, y eso es bueno, porque lo que no mostraba el original este lo hace, y al revés. Son, en esencia, dos películas complementarias, pero que si las juntaras formarían un cacao rarísimo, así que es mejor dejarlas las dos juntitas, una siendo una obra maestra y otra siendo una buena película de ciencia-ficción que, con un poco más de valentía, podría haber llegado muy lejos.

Aunque todos sabemos que el mejor remake de Robocop que se haga jamás es este.

domingo, 16 de marzo de 2014

2014/5: Nebraska


Si Nebraska hubiera ganado el Oscar, hubiera supuesto un enorme Zas, en toda la boca a Hollywood y la megalomanía de película como El Lobo de Wall Street, American Hustle o Gravity.  Nebraska es una película sencillísima, y si bien se le puede achacar a Alexander Payne el uso del blanco y negro para alimentar su espíritu indie, se le perdona porque Nebraska es también una película preciosa, un encantador relato sobre la vida, la vejez y la muerte. Poco más tengo que decir de esta película redonda, es una pequeña maravilla que todo el mundo debería ver. Bueno, y que la banda sonora es “robada”, pero no creo que importe, ¿no?


2014/4: Her



Un hombre se enamora de un sistema operativo. Si la premisa ya suena prometedora, el resultado final es maravilloso. Una delicia narrativa y visual, un guión original y atrevido plasmado con suma elegancia. Casi todo el peso cae sobre los hombros de Joaquin Phoenix, que borda un papel dificilísimo al basar casi toda su interpretación en el diálogo con una persona que físicamente no es real, por muy sensual que suene la voz de Scarlett Johansson.

A pesar de las evidentes peculiaridades de una relación amorosa entre un hombre y una inteligencia artificial, plasmadas de forma más o menos acertada, Her es básicamente una típica historia de amor, si bien es en la atención al detalle donde más brilla. Desde el extravagante empleo del protagonista, la visión austera del futuro, la fotografía y la música a lo Lost in Translation o los videojuegos que testea el personaje de Amy Adams, cada línea de diálogo, cada fotograma es una pequeña obra de arte que conforma una de las películas más brillantes del año.

Incluso en los momentos más extraños y prescindibles del conjunto (escenas que, o bien no aportan demasiado a la trama, o bien lo hacen de forma un tanto ambigua) se disfruta de una seguridad y elegancia tanto en el guión como en las formas que desde luego no dejan indiferente. Una de las películas que más huella me ha dejado en mucho tiempo, que con sus virtudes y sus pequeñas imperfecciones la coronan, de lejos, como mi película del año (2013).