Es curioso cómo a la mayoría de los críticos no les convence
El Hobbit, mientras que todos los fans la adoran. Ese extraño acontecimiento
que unió a ambos colectivos hace once años con La Comunidad del Anillo no se ha
vuelto a repetir esta vez. La principal razón de esto parece ser su excesiva
duración, de casi tres horas. No puedo negar que es mucho. Pero que una
película sea larga, no la hace mala. De hecho, nadie se quejó con esos 200
minutos de El Retorno del Rey. Entonces, ¿cuál es el problema aquí?