He de decir que Days of Future Past no me ha entusiasmado
como lo hizo First Class. Su principal problema es que, al ser una película tan
enorme, con tantos personajes, subtramas y subtemas, es difícil anclarse a
alguno en particular. Yo soy de los que hubiera preferido una secuela directa
de FC, centrándose en la enemistad de Charles / Erik, una película que
perfectamente podría haber ocurrido viendo todo lo que ha cambiado desde el
final de FC y el inicio de DoFP, contado muy por encima en esta que nos ocupa.
Casi parece que Fox haya decidido saltarse una película, considerando que FC
fue suficiente para establecer los nuevos personajes, queriendo pasar rápido al
crossover. Un poco como DC con Batman v Superman, aunque no tan exagerado.
Dejándonos de lo que pudo haber sido y no, vamos a
centrarnos en lo positivo y es que, a pesar de todo, DoFP es una buena
película. Sufre de una cierta inconsistencia, con un guión que cambia de
protagonista tantas veces (Lobezno, Charles, Mística, Magento…) que hace
difícil sacar algo concreto al final de la película, aunque eso también es
positivo en una película tan coral. Eso, junto a ciertas incongruencias menores
y paradojas temporales hacen que uno se cuestione lo que ve en pantalla
demasiadas veces, y desgraciadamente, un servidor por lo menos, acabó
sintiéndose un mero espectador en el masivo clímax final, que también por
inverosímil, resultó más artificioso de lo que me gustaría.
Leyéndome ahora, puede que sea yo el que se pasa de
exigente. Si obviamos lo anterior, solo queda lo bueno. Pocas veces nos da Hollywood
megaproducciones tan inteligentes y bien rodadas. El tema y tono de la película
es oscuro, pero constantes toques de humor aligeran el ritmo sin entorpecer el
argumento. La acción es espectacular y en ocasiones masiva, pero nunca
cargante. Peter Dinklage podría haber estado más exprimido, aunque eso podría
haber empeorado el problema que mencioné anteriormente: demasiados personajes,
y todos tan interesantes, no llegan a darlo todo. Se me antoja necesaria una
película más “intimista” para acabar de definir los personajes, algo que no
parece estar en los planes de Fox. Es sin duda interesante el futuro de la
saga, que gracias a DoFP vuelve a ser de primer orden, aunque sea a base de
cargarse todo lo anterior. Y eso también duele.
Porque, de una forma similar a lo que hizo el reboot de Star
Trek, todo lo acontecido en la trilogía original y los spin-offs de Lobezno no
existe. O sea, que el futuro en el que despierta Logan al final de la película
está cimentado en experiencias que, al igual que Marty McFly al final de
Regreso al Futuro, no recuerda. Toda secuela posterior a ese punto trataría
sobre un Logan amnésico, como no, en un mundo aparentemente perfecto pero que
desconoce (The Wolverine 2, o 3, o qué se yo, 2017). A la vez, toda secuela
anterior a ese punto debe tener en cuenta esto, con lo que quita un poco de
emoción al saber que, sea lo que sea lo que pase en X-Men Apocalypse (2016), no
será tan grave pues en el futuro todos parecen muy felices. Un lío importante,
vamos, que habrá que ver como lo maneja Fox en todas las películas que queden,
que apuesto no serán pocas. Desde luego, hype no nos falta, aunque sea por un
poco de trampa.
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